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Había una vez un weritho_sabrositho...
Por más que deseen que les dé mis tips de cómo escribir tan horrendamente como yo, eso no pasará en esta columna. Así que pueden sentirse a salvo de que sus escritos sonarán más a ustedes que a mí, un chico punk de 26 años que piensa que Troy debió haber invitado a salir a Sharpay.
Además, creo que a lo largo de nuestra vida hemos pensado alguna vez en escribir algo: un diario, un texto donde desahoguemos nuestras glorias y penas, o una historia que se nos haya ocurrido esperando en la fila del SAT; y de eso precisamente es lo que quiero platicar hoy.
Creo sinceramente que tenemos una necesidad intrínseca por querer comunicarnos, ya sea por la necesidad del contacto social, de sentirnos escuchados, de ser el centro de atención, etc. No es que ningún motivo sea malo, sino que, ¿qué haríamos si no pudiéramos comunicarnos con ningún medio? (Ya te regalé una idea para tu novela. De nada.)
Uno de esos medios es la escritura, la cual data desde que las primeras personas pensantes agarraron las crayolas y se pusieron a tirar grafos en las cuevas, ya sea por fines estéticos o para avisarle a la bandera cómo se iban a echar al mamut ese que no regresaba la bola cuando se la volaban. Independientemente del fin, lo que tuvieron que hacer fue divisar una manera de comunicarse, pues los ruidos como "uh, ah, ah", y otros intentos de palabras quizá no eran suficientes.
Poco a poco, el desarrollo de esta herramienta fue tomando diferentes caminos, y cambiamos de escribir en las paredes a tener un emoji de un perezoso en nuestro bolsillo. Ciertamente se sorprenderían esas personas al ver lo que ha logrado la escritura en tiempos modernos, pues con ella se ha logrado anotar una receta de cocina, obtener un título universitario, y transcribir el discurso de Lady Coral Blanco.
A lo largo de nuestra vida, aprendemos que la escritura sirve para usarla en cosas de la escuela o en el trabajo, especialmente en esa PowerPoint que tanto tienes que hacer y para el cual estudiaste una carrera universitaria. Sin embargo, es importante superar esta barrera que nos han fijado y ver qué es lo que el mundo de la escritura realmente ofrece.
No quiero enfatizar la cuestión de las novelas y los cuentos, pues sería muy limitado de mi parte decir que las únicas cosas que hace la gente que escribe es eso; claro, es muy común pensar "si esa persona es escritora, entonces escribe libros", pero no es así.
Documentales, películas, programas, series, ensayos, diarios, discursos, campañas, anuncios, blogs, noticias, artículos de opinión, instructivos, recetarios, cortometrajes, trípticos, paquetes de viaje, contratos, mensajes, correos; todo eso se escribe. Y lo mejor de todo es que no debes estudiar escritura ni dedicarte a ella para hacer cualquiera de estas cosas. Usted puede en este momento dejar de leer este blog zarrapastroso y comenzar con ello. Quizá pienses "es que yo no le sé a eso de las novelas, películas, o anuncios", y te quites la oportunidad de disfrutar de la escritura, pero ese es precisamente el problema.
Muchas veces se nos enseña que todo lo hacemos con un objetivo final: trabajar para ganar dinero; tocar un instrumento para hacerlo profesionalmente o dar clases; practicar deportes para estar en forma o sacar la beca. Todas las actividades que hacemos las tenemos que justificar con que sirven para algo, porque, si no, ¿para qué la hacemos? Muchas veces esto nos impide descubrir cosas nuevas.
En el caso de la escritura, pensamos que qué haremos con ese escrito; qué premio ganaremos; ni que fuera quién para andar escribiendo; pero el punto no es escribir para ganar algo, sino para crear, para disfrutar lo que nuestra mente creativa puede hacer, para conocer lo que somos capaces de imaginar. Nadie te está obligando a publicar y a lucrar con tus escritos. Y pasa exactamente lo mismo cuando platicas con la bandita; lo que estás ganando al hacer eso es pasarla chido contando tus historias y rebanándola, que es el punto final de todo: disfrutar el momento.
Realmente es fácil escribir, especialmente en el caso de la ficción, pues todo puede pasar. (Además, vivimos en México, so...) Lo más importante es que no escribas para un fin externo, así como el resto de las cosas que hacemos, sinceramente. Cuando hacemos las cosas para nuestro gusto todo se disfruta más.
Espero que prontamente pueda leer algo que ustedes hayan escrito, y me lo pasen para publicarlo aquí, pues ya me cansé (CC. EPN) de leer lo que hay en este blog tan harapiento. Aaaase crean, el mejor blog de San Jerónimo siempre tiene pura calidad, principalmente por la gente que lo lee. Ahh, prro.
Nos leemos pronto.
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