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Un tema más. Y vaya tema. Sobre todo para hablar de él en un blog tan pinchurriento como este.
Cuando estabas en prepa y le tirabas a ser cool hablabas de la peda, de que te aventabas tus ciquis y tus cheves, de que te dejaste caimán el fin de semana y que te fuiste en víbora al día siguiente.
Nunca pensaste que llegaría el día en que hablarías de tu AFORE, en que la tarjeta de vale de despensas se convertiría en la incondicional (CC. Luismi), ni mucho menos en que pasarías 9 horas en una silla frente a una computadora moviéndole a PowerPoint/Excel, como buen godín.
Creo que se tiene por bien entendido lo que es ser godín: trabajar para una empresa (ojo con el "para"). Claro que hay otras cosillas por ahí que le dan un empujón: tu botecito de Tajín; tu salsa Valentina; tu loncherita; tu calendario o bloc de notas de Star Wars; esas reuniones incómodas en casa de la jefa donde sacan la guitarra y se avientan Wonderwall. Oh, qué días aquellos.
Pará, pará, flaco, ¿qué tiene que sea godín?
Wacho, nada, no tiene nada de malo. Es más, mi loncherita es la mismísima "Máquina del Misterio"; y mi botecito de Tajín era lo más solicitado de mí, incluso más que mi trabajo.
Sin embargo, yo creo que ser godín es precisamente eso: ser godín. El hecho de que tengas tu colección coquetona de Funko Pop!, y que le andes diciendo "provechito, provechito" a toda la bandita que te topas en el área de comida (aunque no estén comiendo) no te hace ser godín.
Por otro lado, decir y ser cosas como "yo con que me paguen bien trabajo", o la poderosísima frase "pues aquí de godín, no hay de otra", pueden ser determinante con respecto a tu persona. (Uso estas 2 frases de ejemplo porque son las que más he escuchado. Si tú has escuchado otras, te invito a que me las compartas en los comentarios de este blog o que me mandes correo.)
Encuentro ambas frases muy desesperanzadoras (especialmente la segunda), y de verdad me llama la atención cómo muchas veces no hacemos lo que realmente queremos porque "no hay de otra". Tiempo después, quizás, te entra el arrepentimiento y te culpas de por qué no hiciste aquello que tanto querías, y te preguntas "bueno, ¿y qué puedo hacer con este trabajo? ¿De qué me sirve a mí usar 45 horas de mi semana en este trabajo?".
Aquí es donde entra la parte de ser godín. Para mí, ser godín es tener un trabajo al cual le dedicas toda tu energía, esfuerzo y tiempo; que no tiene un sentido propio; en el que no trasciendes más allá de lo que te pidieron que hicieras (lo cual generalmente pasa desapercibido y no es valorado); en el que no ves el fruto de tu trabajo;en el que la empresa solo te ve como un medio para generar dinero. (Carlitos Marx manejaba este concepto como "alienación del trabajo", el cual introdujo por a'i de 1884.)
Debido a que dedicas todo tu ser a este trabajo que solo te sirve para generar dinero, y no para autorrealizarte ni lograr tus objetivos de vida, sientes cansancio la mayoría del tiempo, por lo que las otras cosas que sí quieres hacer, a las cuales necesitas dedicar tu energía, esfuerzo y tiempo, las vas dejando para después, en un rincón que ya nunca visitas. Entonces esperas a que sea fin de semana y descansas, para que el domingo en la noche ya sientas el sufrimiento de que se aproxima el lunes y una nueva semana de lo mismo.
Retomando un poco el tema de la autorrealización, esto no es lo que dice la típica persona Millennial en su entrevista para su primer trabajo con su "quiero trascender en la empresa, quiero generar impacto". ¡Claro que quiere trascender! ¡Claro que quiere generar impacto! (Eso es algo que tiene el ser humano como búsqueda de la inmortalidad.) Pero pienso que en un trabajo donde tu función es subir el estado de resultados a la base de datos de la compañía está medio cabroun lograrlo.
Bueno, y, ¿qué trabajo trasciende?
Mira, la mera neta, todos... y ninguno.
Me explico. Si tú no te dedicas tiempo para saber qué quieres lograr en la vida, aunque trabajes en donde quieras, dudo que vayas a sentir que estás haciendo las cosas con propósito y sentir que tu trabajo de verdad sirve de algo. Ojo, no tiene que ser algo extremo, no radicalicemos las cosas.
Puede ser que tú encuentres en tu trabajo actual un propósito, te apegues a él, y (ojalá) lo logres; mientras que otra persona con el mismo trabajo no lo vea de esa manera y quiera perseguir otros rumbos. Se vale. Esto, creo yo, nace de un riguroso autoexamen de consciencia, el cual, sin duda, proveerá una dirección a tu día a día.
A la próxima que sea miércoles y digas en tu grupito de WhatsApp "Ánimo, ánimo, gente! Miércoles ombliguito de semana CON TODO 👊🏼👊🏼💥", por más godín que sea, no te preocupes. Mientras tengas decisión con respecto a lo que quieres hacer y lograr, y lo hagas, todo está de Luxemburgo.
Nos leemos pronto.
En efecto mi estimado, al final para encontrarle sentido a algún trabajo/proyecto/etapa primero tienes que encontrar el tuyo personal, si no nada nunca se alineará.
ResponderBorrarSaludos cordiales, loving los GIFs de The Office