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Hola, amigxesxs.
Juro por mi vida que esa es mi reacción cada vez que leo o escucho palabras que dicen ser incluyentes. No tengo nada en contra de las personas que son marginadas de la sociedad; al contrario, claro que debemos incluirlas para que participen y se integren a la mayoría. Sin embargo, considero que hay mucho mejores maneras que la alteración de las palabras para incluir a personas en nuestra manera de hablar.
Recientemente hemos visto mayor uso de este tipo de jerga tanto en redes sociales como en carne propia, en donde la mayoría de las veces se les hace caso omiso o se les critica por la manera en que las palabras suenan (CC. Perro Bermúdez). Comúnmente, este lenguaje es más usado por la "generación de cristal", o, si nos ponemos la camisa del PRI y sacamos una de esas que se sirven bien frías, es más usado por la chaviza.
Y es que la juventud está en polos opuestos en cuanto a la empatía se refiere, pues pensar en cómo otras personas reaccionan ante las palabras que se usan es un claro indicador de que nos importa incluirlas en nuestro mensaje; mientras que la tecnología cada vez más nos aísla con las redes sociales y demás funcionalidades que nos avientan a un laberinto de soledad (perdóname, Octavio).
En lo personal, considero que las palabras nunca van a expresar realmente el mensaje que queremos transmitir, ni mucho menos la idea que tenemos en nuestra mente. (José Saramago menciona en uno de sus libros que las palabras son solo piedras para llegar al otro lado del río, pero nunca sabemos cuántos lados tiene el río, ni mucho menos a cuál lado llegamos.) Por lo tanto, creo que la alteración de las palabras es un esfuerzo más bien inútil para poder comunicar nuestro mensaje con mayor claridad.
Asimismo, el idioma español es hermoso, y lo sabemos. Creo que hay demasiados estigmas en el extranjero cuando decimos "soy de México", y uno de ellos tiene que ver con nuestro lenguaje, con una versatilidad tan poética para poderle decir a tu ligue: "a tu lado, las estrellas fugaces son eternas", de manera bien coqueta, y ahí en el mercado andar preguntando "¿de a cómo se va, profe?". Maravilloso, ¿cierto? Lo que queda es platicar acerca de los rechazos que hay en la sociedad y llevan a la alteración de las palabras. Así que, ¿listxs?
Sabemos de los numerosos rechazos que existen en la sociedad a las personas por motivos étnicos, sociales, económicos, médicos, etc. Uno de ellos, el que más auge ha tenido exigiendo su respeto (¿por?), en mi opinión, es el sexual, tanto de orientación sexual como de género. Evidentemente, en quienes pienso primero es en las mujeres, seguido del grupo LGBTTI+, pues siguen siendo víctimas de discriminación por motivos biológicos, religiosos, culturales, laborales, etc., cuando lo único que piden es equidad.
En el caso de algunas mujeres, solicitan que algunas palabras con terminación masculina se modifiquen para que se les refiera a ellas también. Por otro lado, en l caso del grupo LGBTTI+, una de esas maneras de pedir equidad es solicitando que se les hable por su identidad de género, pues es un primer paso para reconocer que se está conviviendo con una persona que se identifica con un género distinto al que pertenece de nacimiento por cuestión genética. Ninguna de estas exigencias conlleva mucho esfuerzo, solo es cambiar el género de ciertas palabras. La pared llega cuando se habla en plural a un grupo de personas que se sienten ofendidas cuando no se les habla por su género.
Esto es una pequeña falla de nuestro hermoso y cantinero lenguaje, pues otros idiomas contemplan la neutralidad en el género de las palabras, mientras que por acá dijeron "ni madres, vato o morra, sechi". De la misma manera, se incurre en una falla cuando se niega que la palabra "todos" o "todas" se refiere a hombres y mujeres, pues así es como funciona nuestro idioma. Por lo tanto, si se exige la modificación del género de la palabra, creo que existen mejores maneras de hacerlo en lugar de decir "todes" o "todxs".
Una de ellas es reformulando lo que se quiere decir para evitar usar ese tipo de palabras. Por ejemplo, si queremos decir "estuvimos acompañados de nuestros familiares", podemos cambiarlo por "estuvimos en compañía de nuestra familia" y nos evitamos un espanto ortográfico ilegible, porque hay quienes dirían "familiarxs" cuando en sí la palabra es neutral. Obviamente, esto puede dar mucha de esa que tenía "El Chueco" cuando jugaba con la poderosísima U de Nuevo León, pero en lugar de verlo como un esfuerzo, quizá puedas divertirte un poco (perdón por ser bien geek).
Otra manera, la más sencilla y rápida es referirte a todas en femenino. Todas somos personas, así que el argumento para justificar esta manera de hablar es imbatible. He leído, tristemente en varias ocasiones, que se refieren a objetos inanimados con género neutro, como "lxs raquetxs", y otras cosas que de verdad no entiendo la necesidad de cambiar la letra. Quizá sea más problema decir "todas las personas que sean empleadas" en lugar de "todos los empleados"; pero si se ponen muy al tiro con eso, es una solución. Escoge la que más te guste. Si se te ocurre otra, mándame un mensaje diciéndome cuál es.
A través del tiempo, el lenguaje se va modificando de acuerdo con el uso que la sociedad le da, por eso nos encontramos ahora con tuitear, guglear, y otras palabras que se inventó la bandita, y, de tanto uso, no le quedó de otra la RAE más que decir "órale" (en cualquiera de sus 27 usos).
Quizá en unos cuantos años, ya todes sonaremes como franceses, o como si estuviéramos narrando un partido de fútbol en Telerrisa. Sinceramente, ojalá que no. Me gustaría más que encontremos alternativas para referirnos a un grupo de personas sin recurrir a una sola forma de decir las cosas. Y me gustaría mucho más que dejaran de discriminar a la gente, por el amor de Dios, en pleno siglo XXI, caray.
Nos leemos pronto.
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