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A ver si es cierto que bien hombre.
Considero que hablo por todos los hombres cuando afirmo que a todos nos han dicho "si no haces tal, eres joto"; "pegas como niña"; "¿ya está llorando la nenita?"; y tantos otros "insultos" con fines de animar a algún hombre a que se arme de valor y sea precisamente eso: un hombre.
El problema, más allá de estos comentarios, es que estos quedan arraigados en la mentalidad e idiosincrasia de la sociedad (ya que claramente no es un problema de aquí de la colonia). Conforme pasa el tiempo, este arraigo se hace tan fuerte que es difícil cambiarlo de la noche a la mañana. Esto es más evidente con la gente mayor, quienes rechazan adaptarse porque así han sido las cosas desde que aquí la calle era pura tierra (CC. todos los papás), mientras que la juventud está más en contacto con la realidad actual y es más probable que se adapte. Creo que hemos atestiguado cómo chocan estas generaciones, donde la vieja hace oídos sordos a la nueva o la clasifica como "generación de cristal".
Recuerdo en mi infancia haber vivido esos momentos de los que hablo y haberme sentido mal por no ser lo suficientemente hombre, por no poder aguantar las lágrimas, porque me gustara el color morado. Suena absurdo, y poco a poco me di cuenta que realmente lo es. ¿Quién empezó con estas definiciones de lo que es la hombría?
El humano hace lo que ve, sea de la sociedad, familia, amistades, películas, etc. Con base en esto, aseguramos que el machismo ha sido inculcado y aprendido, quizá desde la prehistoria. En ese entonces, se asignaron roles a los sexos: el hombre caza animales y provee recursos para mantener a la tribu; mientras que la mujer se encarga de las labores domésticas y cuidar a los niños. Bendito sea dios (¿es hombre?), la mayoría de la población no vive en esta época, por lo que todo pensamiento y actitud masculina que esté basada en ella es obsoleta. Las labores domésticas son eso: domésticas, no femeninas.
A pesar de esto, el machismo sigue imperando en la sociedad global, y considero yo que, gracias a la revolución femenina, ha salido a la luz la verdadera mierda que mancha la definición de hombría. Más allá, hay hombres a los que les molesta dicha revolución, quizá porque sienten que les están quitando el poder. ¿De qué?, no sé. Al humano le gusta sentir poder y superioridad; mientras que al hombre le gusta sentirse hombre, claramente con los estándares tan bajos que conocemos. Por lo tanto, si a un hombre (que por estándar social es poderoso solo por ser hombre) le dices que su concepto de ser hombre está equivocado y que no tiene poder sobre las mujeres, se enoja. Esto significa que la revolución está funcionando. Y qué bueno. Se va a caer.
Como alguna vez me dijeron: empecemos por el principio.
Los hombres somos culpables del machismo. No hay otra opción. Y el principal motivo del por qué somos machistas es porque los mismos hombres no nos permitimos ser hombres. Reprimimos todo aquello que huela a sentimientos, a los cuales hemos alienado completamente al polo femenino, y queremos convertirnos en maquinitas competitivas (CC. Capitalismo) para ser los mejores, donde si no lo somos, no somos nada.
Por un lado, esta represión termina por acumularse y explotar, debido a que el hombre machista no sabe manejar sus emociones (la única manera que tiene de liberar esta represión es cuando está borracho y sus sentimientos de tristeza y amor son válidos). Qué digo manejar, identificar siquiera. Considero que esto se refleja cuando un hombre discute con su pareja y se enojó tanto que la insulta, avienta cosas, o peor, golpea a su mujer. Evidentemente, el hombre machista no supo manejar la acumulación de emociones y se desquita con aquello "que le pertenece": no va a golpear a nadie en el trabajo, porque lo corren; no va a cantarle el tiro a alguien en la calle, porque lo arrestan; pero sí le puede pegar a su mujer, "porque es suya". Después de que se dé esta situación, va el hombre con flores y regalos para su mujer diciendo que es la última vez, que lo perdone, él va a cambiar. Conocemos esas historias.
Asimismo, el hombre machista no sabe lidiar con el rechazo, porque a él no le han enseñado a perder: su papá le dijo que él era un ganador, que a él le deben hacer caso porque es un hombre que se respeta, y la gente debe hacer lo que él diga. Entonces, la mujer a la que está intentando conquistar debe aceptar al hombre, porque él es un ganador, porque lo merece, y porque a él no lo rechaza nadie. Mucho menos una mujer. ¿Cómo va a rechazar "el sexo débil" a un hombre? No es posible, no va a pasar. Aunque la mujer esté diciendo que no de una y mil formas, aunque se defienda, aunque no quiera. Va a pasar porque él lo quiere. Y lo que él quiere no se rechaza.
Por otro lado, la competitividad es algo que el hombre machista prioriza porque es algo que lo define completamente: él TIENE que ser mejor que todas las personas, TIENE que ser el mejor en todo. (Considero que hay 2 motivos para esta forma de pensar: el primero es biológico, con todo eso del macho alfa, presente hasta en los animales; el segundo es porque una de las maneras de definir al hombre es haciendo, gracias a que el hombre caza, mantiene, y provee; el hombre actúa, no espera.) Obviamente esto es imposible. Hay hombres y mujeres que tienen mayores aptitudes que las nuestras en muchas cosas, y viceversa. Qué bueno, siendo sincero. Sin embargo, el hombre machista no comprende esto, y esa falta de comprensión provoca que no lo acepte. Al perder el estado de "el mejor" contra otro hombre (porque no lo puede perder contra una mujer), se va en contra de ellas, hacia quienes tiene una actitud de superioridad debido solamente a su sexo. Ridículo.
La manera de actuar contra ellas en este ámbito se da en todas las actividades que requieran hacer: trabajo, deportes, conducir, dirigir, cocinar (excepto repostería porque es dulce, o sea femenino), programar, tomar, comer, bailar (excepto ballet porque es delicado), y tantas otras actividades que mejor piénsenlas ustedes. Descubrirán que en la mayoría existe la percepción machista de que el hombre debe hacerlas porque la mujer no es capaz solo por ser mujer. Claro que existen mujeres en que realizan todas estas actividades, sin embargo en la mayoría existe esta percepción.
A paso lento, se ha visto como los hombres de verdad entran en contacto con sus sentimientos: aceptan la tristeza, el amor, el rechazo, incluso van a terapia psicológica. Los hombres machistas no esperan su turno para decir que estos hombres son maricas, jotos, gays, nenas, etc., pero los hombres, en la mayoría de las ocasiones, los ignoran. Además, la cantidad de mujeres que se desempeñan en dichas actividades ha ido aumentando. En ellas han demostrado (sin tener por qué hacerlo) que son igual de competitivas, capaces, talentosas, trabajadoras, e inteligentes que los hombres. Incluso más que los hombres.
Estos hombres, los de verdad, están convirtiendo el concepto de lo que es ser hombre en algo funcional y saludable para la sociedad. Este cambio, tristemente, lleva algo de tiempo, prolongado gracias a aquellos machitos que se rehúsan (CC. Danny Ocean) a aceptar esta nueva definición.
Nos toca ser conscientes de cómo permitimos que este pensamiento machista perdure, cuando realmente lo que debemos hacer es destruirlo, quemarlo, y enterrarlo en el fondo de la tierra. En su lugar debemos establecer uno que nos permita ser libres y disfrutar de nuestra masculinidad bajo una perspectiva de persona, no de género. Estoy seguro de que algún día lo lograremos.
Nos leemos pronto.
P.D.: Gracias a todas las mujeres tan chingonas que existen y han existido por ser una fuente de inspiración con todos sus logros, trabajos, ideas, y con su simple existencia. Tristemente luchan por algo que no deberían luchar: nadie debería exigir que se le respete, y menos durante miles de años. Hombres: contribuyamos para ganar esta lucha.
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